El proceso del doming es un descendiente directo de las pegatinas, por lo que, en este caso, deberíamos remontarnos al origen de estas últimas.Por una parte, estos adhesivos no aparecieron en el mercado internacional hasta finalizar la segunda guerra mundial hasta los años 60 y, por otra parte, al mismo tiempo en el que hacían su aparición, surgían nuevas estrategias de marketing y publicidad en occidente. Esta combinación, hizo que este objeto se encontrase en el momento adecuado en el lugar adecuado.Su popularidad no tardó en convertirlo en una herramienta publicitaria de uso masivo, por lo que sus características y apariencia, fueron evolucionando vertiginosamente hasta llegar a las actuales pegatinas de incontables variedades disponibles en el mercado.Aunque en un primer momento, el fin exclusivo de las pegatinas era de carácter publicitario, no tardó en expandirse al uso doméstico, e incluso una herramienta de expresión artística.Pero, ¿cómo derivó la elaboración de las pegatinas hasta la aparición del doming?Pues la relación la encontramos en 1927 en Estados Unidos, con la aparición de las resinas epoxídicas. Este tipo de resinas son un tipo de adhesivos se utilizan en la fabricación de aviones, automóviles, bicicletas o incluso esquíes. Permiten fijar diversos tipos de materiales, entre los que destacamos algunos plásticos, y además, puede lograrse que sean rígidos o flexibles, de color o transparentes.
Además, si el secado de un adhesivo epoxídico se elabora con calor, presentará una mayor resistencia a este último y a los factores ambientales que podrían provocar su deterioro, lo que hace de estos adhesivos, los más resistentes del mundo.