Las tintas de impresión utilizadas para el proceso de tampografía, son a base de solvente y necesitan ser mezcladas con una serie de aditivos para poder ser utilizadas. Aunque normalmente el secado al tacto se da a los pocos segundos, un secado completo podría llevar un periodo de tiempo superior.
Existen otro tipo de tintas, como es el caso de las tintas UV, que requieren secado a través de luz ultravioleta. La ventaja principal de este tipo de tintas es que en el caso de que se cometa algún error en el marcaje del producto, estas pueden limpiarse y eliminar su rastro para volver a ser marcadas.